
En el proceso de hacer una lectura, el Tarotista debe interpretar las relaciones entre todas las cartas. Esto permite desarrollar una narración de hechos, identificar patrones, metáforas, descubrir personajes, tendencias, proyecciones sicológicas, temas para crear una historia significativa y reveladora, además de otros aspectos espirituales y mentales. Una tirada es un esqueleto, el Tarotista es el artífice que habilmente teje la historia que lo viste. La historia debe ser coherente y tener una secuencia entendible, o sea, que responda la inquietud del consultante.
Crear una historia coherente como resultado de una lectura, es una de las artes más difíciles de lograr. Pero es esto último la parte más fascinante y creativa del Tarot. Leer las cartas es un arte, pero requiere seguir algunas pautas, y sobre todo, el estudio formal del Tarot. La intuición y la visión personal que cada Tarotista le imprime a su estilo, llega con el tiempo, la experiencia, y dedicación .
Mi opinión es, que una buena lectura depende de lo bien pensada y construída esté la tirada, que de la cantidad de cartas que utilices. Hay ocasiones en que una sola carta puede darte las bases para una historia.
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